El color normal de la carne de vacuno, cerdo y cordero es rosa o rosa oscuro, sin tonalidades pardo-grisáceas o incluso más verdes. La carne no debe tener una capa blanca, signo de que el producto ya ha empezado a estropearse.
La carne fresca tiene un ligero olor a carne, sin impurezas desagradables, y al prensarla recupera rápidamente su forma original. Las motas de grasa deben ser uniformes, con un tinte blanco o cremoso, recuerdan los especialistas del departamento regional de Rospotrebnadzor.
Si compra un producto en su envase original, preste atención a la fecha de fabricación, la fecha de caducidad y las condiciones de conservación recomendadas.
Hay casos en que el vendedor hace pasar carne descongelada por carne refrigerada. Para determinar la frescura del producto, conviene recordar que, durante el almacenamiento abierto, aparece una fina corteza en la superficie.
Su color varía del rosa claro al rosa oscuro.
Puede palpar la carne: la carne refrigerada será blanda y elástica, sin pegajosidad.
Si el producto está descongelado, la grasa tendrá un color rojizo y estará blanda.
No se recomienda comprar carne y productos semiacabados si el vendedor se niega a mostrar documentos de acompañamiento que confirmen la calidad del producto. También es mejor rechazar la compra si el envase está roto, no se respetan las condiciones de temperatura y humedad de almacenamiento.