Según el experto, la cebolla y el ajo contienen compuestos volátiles, los fitoncidas, que tienen propiedades antimicrobianas y desinfectantes. Sin embargo, su efecto es efímero y sólo en la zona donde se difunde el aroma. En general, estos cultivos vegetales son ricos en sustancias útiles para el cuerpo humano y necesarios en la dieta.
«Por ejemplo, el ajo contiene potentes antioxidantes, cromo importante para la regulación del azúcar en sangre, cobalto útil para el hígado y el sistema nervioso, vitaminas B, C, E y otras, así como oligoelementos. Sin duda, refuerzan la inmunidad y ayudan a resistir los resfriados. Pero sólo como parte de una dieta equilibrada que incluya la cantidad adecuada de proteínas, hidratos de carbono, grasas saludables y vitaminas», explica Tyazhelnikov.
No es posible aumentar la inmunidad utilizando sólo ajo y cebolla. Además, no se debe confiar en la cebolla y el ajo como remedio contra los resfriados.
Al día basta con comer medio diente de ajo y un cuarto de cebolla normal. Es conveniente consumirlos en crudo, ya que el tratamiento térmico reduce las propiedades beneficiosas de estos cultivos vegetales.
Sin embargo, conviene tener en cuenta que estos productos tienen contraindicaciones.
«Las cebollas y el ajo contienen una gran cantidad de aceites esenciales y una serie de otras sustancias que pueden provocar ardor de estómago, náuseas, dolor de estómago. Por lo tanto, las personas con enfermedades gastrointestinales deben limitar su uso, especialmente en forma cruda, y dar preferencia a los tratados térmicamente», – concluyó el médico.
Anteriormente, la nutricionista Whitney Linsenmeyer recomendó no abusar del jengibre. Según ella, en sí mismo este producto es útil para el organismo. Sin embargo, si no se toma con moderación, debido a los compuestos activos del jengibre, se corre el riesgo de irritar la boca y la garganta. Además, el extracto de esta planta puede provocar hinchazón, calambres y trastornos gastrointestinales.