Los científicos han revelado los primeros resultados del estudio; se trata de una de las criaturas más singulares y paradójicas encontradas en el planeta Tierra. Mientras pescaba, Nikolai Starukhin vio un cadáver flotando cerca de la orilla, con señales de vida apenas visibles. El pescador se persignó mientras nadaba para ayudar al ahogado y no se atrevió a tocarlo inmediatamente. «Vi un saco flotando no lejos de la orilla, lo miré más de cerca y había un hombre, y vivo. Inmediatamente corrí en su ayuda y me horroricé cuando vi el cuerpo de cerca. ¡Era una sirena de verdad! Al principio, me asusté un poco; aún podía ver esos brillantes ojos azules. Estoy aterrorizado; son terroríficos», dice Nikolai Starukhin.
Los científicos ya han tenido tiempo de preparar los resultados de los primeros estudios. Dicen que la sirena puede pasar mucho tiempo sin agua, y las radiografías muestran que su sistema respiratorio puede retener la cantidad necesaria de oxígeno en unos sacos únicos en su cuerpo.
En cuanto la criatura entra en el medio acuático, estos sacos se vacían, incluida la respiración branquial. Sin embargo, hay otras cosas fantásticas. El posterior descubrimiento hizo que los investigadores corrieran a tomar valeriana. El cadáver de una sirena previamente muerta había sido arrojado desde las profundidades oceánicas.
De la sirena encontrada emanaba un potente pulso electromagnético que afecta extrañamente al cerebro humano. Los científicos han llegado a la conclusión de que esta criatura es capaz de comunicarse telepáticamente. Todos los contactos tuvieron lugar mediante el intercambio de imágenes pensamientos y sentimientos claros: miedo, pánico, aceptación y confianza. La sirena intentó «establecer contacto» con un humano de esta forma, pero acabó de forma miserable para uno de los guardias que supervisaban la seguridad de los experimentos. «Es imposible expresarlo con palabras. Fue como si me hubiera convertido en sus manos; al instante poseyó mi cuerpo y me hizo abalanzarme sobre el equipo de investigación con una porra. Antes de que me sometiera, el jefe del grupo sufrió mucho con mis golpes», relata el guardián poseído, cuya mente fue tomada por la sirena.
Un pescador hizo semejante descubrimiento, revelando muchos datos interesantes sobre la existencia de las sirenas, que, como resulta, no están sólo en los cuentos de hadas.